(CUENTO)
El maestro se encontraba regando las
plantas del jardín cuando se presentó ante él su más inquieto alumno.
--- Maestro, me
encuentro sumamente confundido, a veces veo los logros de un compañero y creo
que me alegro, pero muy en el fondo me pregunto si no es envidia lo que siento.
--- En ocasiones sentimos un deseo de recibir lo mismo que otro está mereciendo, es un anhelo lógico y no hay nada malo en trabajar por ello, el sentimiento es entonces un deseo de superación personal alentado por lo que hemos visto que logran los demás, eso se llama admiración. La envidia en cambio, es algo parecido, quizá en principio, pero a la larga muy distinto.
--- Maestro, esa es la diferencia que necesito conocer, ¿cuál vendría siendo la admiración y cual la envidia?
--- Ve a ese camino y síguelo --- dijo mientras señalaba un sendero que se anunciaba a lo lejos.
--- ¿Hasta dónde he de seguirlo?
--- Lo sabrás en su momento, ve y marcha tranquilo.
--- Eso es la envidia querido alumno, un camino intrincado que recorres con deseo, pero no conduce a ningún sitio.
--- ¿Y cuál vendría siendo la admiración?
--- Exactamente el mismo camino, pero teniendo como objetivo claro llegar a ese abismo.
Preciosa reflexión en una época que tristemente deja ver mucho la envidia de las personas sobre todo en redes sociales.
ResponderEliminarMás amor, empatía y buenas vibras, mi cariño, admiración y respeto por tu talento y un agradecimiento por compartirlo con nosotros
Envidia, tengo envidia de los valles
ResponderEliminarDe los montes y los rios
De los pueblos y las calles
Que has cruzado tu sin mi
Envidia, tengo envidia de tus cosas
Tengo envidia de tu sombra
De tu casa y de tus rosas por que están cerca de ti
Y mira si es grande mi amor
Que cuando digo tu nombre, tengo envidia de mi voz
Envidia, tengo envidia del pañuelo, que una vez secó tu llanto
Y es que yo te quiero tanto, que mi envidia en tan solo amor
Envidia, tengo envidia de tus cosas
Tengo envidia de tu sombra
De tu casa y de tus rosas por que están cerca de ti
Y mira si es grande mi amor
Que cuando digo tu nombre, tengo envidia de mi voz
Envidia, tengo envidia del pañuelo, que una vez secó tu llanto
Y es que yo te quiero tanto, que mi envidia en tan solo amor
Envidia, envidia, tengo envidia y es de tanto amor.
Antonio Machín
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarSimplemente Admiración!!!!!!
ResponderEliminarGracias Ivan un cuento muy interesante.
ResponderEliminarQue grandiosa enseñanza!!! Sin duda una analogía precisa y digerible de un absurdo mal que crea pensarmientos innecesarios de rumiacion y vacío constante, que a largo plazo solo genera tristeza inexplicable Gracias Ivan lo usaré en el propósito que ya conoces.
ResponderEliminarUn abrazo
Me gustó mucho linda reflexión ❤️😘👌
ResponderEliminarUna excelente reflexión, como siempre,eres genial @ivanmarinsoyyo,felicitaciones.
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