(CUENTO)
El maestro se encontraba regando las
plantas del jardín cuando se presentó ante él su más inquieto alumno.
--- Maestro, me
encuentro sumamente confundido, a veces veo los logros de un compañero y creo
que me alegro, pero muy en el fondo me pregunto si no es envidia lo que siento.
--- En ocasiones sentimos un deseo de recibir lo mismo que otro está mereciendo, es un anhelo lógico y no hay nada malo en trabajar por ello, el sentimiento es entonces un deseo de superación personal alentado por lo que hemos visto que logran los demás, eso se llama admiración. La envidia en cambio, es algo parecido, quizá en principio, pero a la larga muy distinto.
--- Maestro, esa es la diferencia que necesito conocer, ¿cuál vendría siendo la admiración y cual la envidia?
--- Ve a ese camino y síguelo --- dijo mientras señalaba un sendero que se anunciaba a lo lejos.
--- ¿Hasta dónde he de seguirlo?
--- Lo sabrás en su momento, ve y marcha tranquilo.
--- Eso es la envidia querido alumno, un camino intrincado que recorres con deseo, pero no conduce a ningún sitio.
--- ¿Y cuál vendría siendo la admiración?
--- Exactamente el mismo camino, pero teniendo como objetivo claro llegar a ese abismo.