miércoles, 22 de febrero de 2017

TODO LO QUE TU MÉDICO TE DIRÍA, SI FUERA MÉDICO

                                                        (HUMOR)


Hace un par de años el país se conmocionó con la insólita historia de Camilo Herrera, un hombre que, sin ser médico titulado, ejerció durante 10 años como psiquiatra en la unidad de Medicina legal. Imagínense, un tipo sin conocimientos clínicos emitiendo juicios en casos de asesinato, las conversaciones con él eran así: “La víctima falleció por una contusión cerebral”, “Pero doctor, la víctima está viva”, “¡Falleció he dicho!” Fue ahí cuando pensé lo que millones de compatriotas pensamos ante noticias así: “Eso solo pasa en Colombia”.

Pero esta semana se hizo pública la noticia de una clínica en Estados Unidos que durante años emitió falsos diagnósticos de Alzheimer. Imagínense, decenas de pacientes jurando que perderían el uso de sus facultades mentales, algunos considerando incluso el suicidio, cambiando sus formar de vivir la vida cuando en realidad sólo debían cambiar de clínica. Ahí pensé, si le pasa hasta los gringos, nos llevó el putas.

Preocupado empecé a sospechar de todos los médicos que he visto desde entonces. ”Mucho gusto señor Marín, yo soy el ginecólogo de su esposa”, ”¿Ah sí?, ¡Demuéstrelo!”. Algunos me miran mal, otros consiguen despejar mis dudas y hacerme sentir tranquilo. Esta paranoia me ha dejado un interesante cuestionario clínico que quiero heredar a ustedes. Elijan preguntas de acuerdo al especialista que visiten, formúlenselas desprevenidamente a quemarropa, y de su habilidad para responder, podrán deducir si se trata de un galeno respetable, o de otro impostor como los de las citadas noticias.

¿La esterilidad puede ser hereditaria?

¿Se arruina la geometría corporal si uno tiene curvo el recto?

¿Las personas con pie de atleta tienen una pecueca olímpica?

¿Qué ocurre si a quien se le aplican electroshocks no les sigue la corriente?

¿Para aprender sobre el líquido seminal, hay quién dicte un “seminalio”?

¿Una mujer con un periodo irregular, debe repetir el periodo?

¿Es cierto que el único cáncer que no tiene contras sino pros, es el de Prós-tata?


¿Verdad que lo mejor para le vena varice es usar medias que combinen con su color?

¿Alguien que pierde un testículo, clínicamente es conocido como un medio güevon?

¿Si en el oído hay un hueso llamado martillo, por eso hay quienes cantan como recibiendo martillazos?

¿Si alguien está deprimido, los médicos lo reaniman?

¿Qué pasa si un oftalmólogo tiene una familia por la que no ve?

¿Cuándo a una enfermera le ordenan traer el resucitador, cómo hace para encontrar a Jesús?

¿Por qué quiénes realizan tactos réctales tienen tan poco tacto?

¿Alguna vez han determinado el ritmo cardiaco del Sagrado Corazón?

¿Si yo tengo una muy buena columna, es posible que me la publiquen en algún periódico?

¿Cuando están haciendo una cirugía de Cerebro, qué hacen con Pinky?

¿Si un niño le saca la lengua a otro, con qué se la vuelven a pegar?

¿Si una enfermedad no tiene cura, lo mejor es irse buscándose un Cura?

¿Si los espermatozoides están en la esperma, una mujer puede embarazarse de una vela?

¿Un libro de anatomía es mediocre si no trae apéndice?

¿Por qué para los niños que son demasiado inquietos en consulta no se inventan un “Estesequietoscopio”?

¿Si mi computador no tiene antivirus, puede contraer hepatitis?

¿Si uno queda en estado vegetal, está bien que le echen abono?

¿Si se me va la mano tomando tranquilizantes debería sentirme intranquilo?

¿Si absolutamente todos tenemos fosas nasales por qué no las llamamos fosas comunes?

¿Una mujer muy ardiente, en las piernas tiene tibia, o caliente?

¿Alguien de nula belleza física puede no tener vello, sino feo púbico?

¿Si una niña juega a hacerle curaciones a una Barbie, puede considerarse cirugía plástica?

¿Si a ciertos jugadores de fútbol les extirpan las glándulas sudoríparas dejarían de ser unas chuchas?

¿Si ambos sexos tenemos el hueso llamado radio, por qué solo los hombres tenemos la antena?

¿Si me quiebro una muñeca, dejo viudo al Ken?

¿Los glúteos son un músculo, o sólo un culo?

¿Si cáncer es mortal, corren más riesgo los nacidos entre el 22 de junio y el 23 de julio?

¿Un curso prenatal es para aprender a sacarle la nata a la leche?

¿La masturbación frecuente es nociva para la salud, y en caso de serlo, serviría de algo si cambio de mano?

¿Ojeando una revista pornográfica, el ginecólogo puede saber qué padece la modelo?

¿Cuándo alguien queda en estado vegetal, por sus venas empieza a correrle clorofila?

¿Cuál vendría siendo la primavera de la flora intestinal?

¿Es cierto que un ciego no ve las consecuencias de lo que hace?

¿A los médicos no les preocupa que su profesión expire si la gente empieza a aplicar aquello de: el tiempo lo cura todo?

¿Si el monstruo Pie Grande sufriera afecciones cardiacas, le pondrían un marcapasos o un marcapasotes?


¿Cuándo detectan una enfermedad venérea le dicen al paciente: “ésta es mucha gonorrea”?

martes, 14 de febrero de 2017

TE LO DIRÉ A LA CARA

                                            (ROMÁNTICO)


Amor, he abierto los ojos y hoy te desenmascaro como lo que eres, el rey del engaño. Te vendes bien vendido, por eso irrumpes en nuestras vidas como un intento fallido. En el cine y la poesía nos ofreces la mejor versión de ti, pero eres un producto de tele ventas, ofreces algo que deslumbra, la supuesta solución a un problema del que ni si quiera sabíamos, y luego de adquirido, no es cierto que a falta de satisfacción nuestro dinero tenga devolución. 

Hoy contaré tu verdad, y lo haré diciéndotela a la cara, sin miedo a que me robes cuanto de ti creo que tengo. Diré que el amor luce hermoso en versos porque los poetas son cirujanos estéticos que corrigen sus defectos, mejoran su apariencia mientras conserva la inseguridad que lleva dentro. El amor no lo inventaron los bardos, decoraron sus faenas como hacían con los relatos de batallas los escribanos. El Amor en libros se ve posible, luce tan real y tangible como esas páginas que sentimos al tacto, pero las palabras que lo describen son un disfraz, al cerrar el libro queda expuesta su faz real, recordamos la ficción de lo recién leído. 


Y diré con mayor vehemencia que el amor no es como en las películas, el único amor real en cine es el de la pareja que sigue yendo junta a verlo después de tantos años. El amor no lo vivirán subiendo al crucero más grande del mundo, o cuando él regrese del más allá para hablarle a través de una médium, tampoco lo hallarán mientras él rejuvenece envejeciendo, o en la casa que construya para leerle cuando su memoria se esté desvaneciendo. Esas son historias necesarias para seguir creyendo, pero son la perdición si se toman muy en serio. El amor lo vivirán cuando tengan gripa, solo allí en la realidad de los besos que se dan entre estornudos. El amor habita en la taza de café que se llevan al trabajar en casa, en la bolsa de basura que él saca a petición de ella y la ropa que ella dobla para cuidado de él. El amor pasa de boca a boca en las cucharadas que comparten en el restaurante. El amor grita en el silencio que procuran hacer para no despertarle mientras duerme, y el amor está allí en la cama, cuando el sexo falla porque alguno se quedó en el intento. El amor se ve, aunque no lo crean, cuando quieran matarse uno al otro y descubran que no pueden hacerlo. El amor no se vive como se escriben los guiones del Oscar; el amor se vive, renglón a renglón, sin aspavientos, como se escriben las cosas más sencillas, como te escribí este fragmento, Amor, antes de ir a dormir feliz en brazos de ella, la mujer por la que ya no temo decirte las verdades a la cara.

jueves, 9 de febrero de 2017

BATMAN Y YO, UNA HISTORIA DE AMISTAD

(CUADERNO PERSONAL)


Tras cientos de entrevistas concedidas a lo largo de mi vida artística, quizá la pregunta que con mayor frecuencia me formulan es: “¿Desde cuándo y por qué te gusta tanto Batman?” Si en algún momento han compartido esta inquietud, continúen leyendo, dedicaré las siguientes líneas a contarles una historia de amistad, porque eso es Batman para mí, el mejor amigo imaginario que se pueda haber tenido.

Cuando yo era niño, mi abuelita sumamente sobreprotectora prefería tenerme cerca que corriendo riesgos infundados en cualquier jardín infantil, motivo por el que aprendí a leer en casa. Mi tío Fernando asumió las veces de profesor, y para incentivar mi interés por la lectura decidió llevarme historietas de adivinen qué personaje. Batman irrumpió así en mi vida, como viñetas de las que yo tan solo entendía los dibujos. ¿Por qué ese hombre de traje azul y gris golpeaba a los demás señores? Lo descubriría a los 4 años cuando logré dominar el alfabeto y la forma en que combinado creaba las palabras.

Los cómics siempre fueron algo normal en mi vida, pues mi papá coleccionaba las historias de Tarzán, Kalimán, El Fantasma que camina, entre otros tantos publicados en el periódico por aquellos años, y si bien mi inmersión en la lectura se dio a través de todos ellos, algo convirtió al hombre murciélago en mi favorito por sobre todos los otros, ¿qué fue ese algo?, la televisión. Para esa época empezó a transmitirse en Colombia la serie de Adam West, el popular Batman sesentero con el pegajoso intro musical del nanananananana. Hoy en día sus capítulos nos arrancan risas, pero viajemos al pasado y situémonos en el contexto, para un niño de 5 años significaba tener en frente al superhéroe más grande de todos los tiempos. Era una cita semanal a la que jamás faltaba sin importar lo que ocurriera. Sus golpes acompañados de graciosos efectos de sonido y letras gigantes con silabas como “Zas” y “Pum”, representaban los feroces golpes de artes marciales con los que quisiéramos derrotar a los bravucones del colegio; y sus simpáticos villanos, la primera, aunque ingenua alegoría de cómo el mal jamás puede triunfar sobre el bien.

A medida que fui creciendo y leyendo los cómics cada vez más adultos y oscuros de las nuevas épocas, mi conexión con él alcanzó un nivel superior a la del simple divertimento. Empezó a ocurrirme que así como los fanáticos religiosos interpretan a su acomodo los pasajes de las escrituras, yo hallaba en sus historias algunas reflexiones y analogías perfectamente aplicables a mi vida como señales. Para explicarme mejor, citaré las dos más importantes.

Gracias a Dios no fui un huérfano como Bruce Wayne, pero mis padres me abandonaron cuando era niño, y su ausencia, incluso cuando aparecían esporádicamente, me causaba la sensación de soledad y abandono que experimenta Bruce, así que, al igual que él, decidí convertir la ira y el dolor en algo positivo. Por supuesto mi camino nada tiene que ver con la venganza, pero como el heredero Wayne, opté por mostrar al mundo una cara distinta de la que veía al espejo cuando al llegar a mi habitación, esa austera baticueva, me despojaba de la máscara. Tantas veces lloré y maldije en silencio esperando que la vida me enviara una señal, años después ésta llegaría, no como un murciélago atravesando el cristal de mi ventana, pero sí igual de reveladora, aunque esa es otra historia.

La segunda metáfora viene de la mano con La Liga de la Justicia. Entre sus miembros principales Batman es el único que no cuenta con poderes sobrenaturales, pero dicho por el mismo Superman, es el ser humano más peligroso del planeta Tierra. Con base en disciplina y entrenamiento fue capaz de ponerse al nivel de semidioses; olvidando los limites personales y sin valerse más que de su ingenio, ha salvado en más de una ocasión a los otros superhéroes, quienes estando a su lado olvidan por completo que ese bajo la capucha es tan solo un hombre más. Podrá sonarles demasiado onírico, pero así me veo a mí mismo. En mi profesión trabajo con personas de un talento natural tan excepcional, seres con poderes maravillosos a los que admiro, y la única razón por la que he podido pararme junto a ellos, de igual a igual, es la disciplina que me inculcó, tristemente no un padre con su ejemplo, sino aquella creación Bob Kane y Bill Finger.

Muchos años después el éxito laboral me permitió la bendición de capitalizar mi afición en una colección de cómics, figuras y artefactos del protector de Gótica, pero Dios, quien seguramente me consciente tanto por recomendación de mi abuelita, tenía destinados para mí además de estos objetos, dos vivencias clave que seguramente ya conocen, pero no me canso de repetir con emoción.

La primera: Por recomendación de Comic Con Colombia, en marzo del 2016 Warner Bros Latinoamérica me elige como representante por Colombia para realizar el cubrimiento de la Premiere mundial de Batman vs Superman en Ciudad de México. En la rueda de prensa llegó mi turno para preguntar, y de las 300 interrogantes que tenía por formular al elenco, fui poseído por el más puro espíritu del fanático y envié el protocolo a la mierda, fue así como mi intervención se limitó a preguntar a Ben Affleck si me permitía estrechar su mano para darle las gracias por su representación. El vídeo de dicho momento tuvo un alcance mediático y respectiva viralización en redes que jamás alcancé a sospechar. Algunos periodistas mexicanos me odiaron por mi falta de profesionalismo periodístico, cosa que debatí aclarándoles que no soy periodista sino comediante, por ende, fui demasiado profesional pues hice reír a buena parte de los presentes. Y para terminar de explicar lo ocurrido ese inolvidable 19 de marzo, fecha en que, reafirmando lo antes dicho sobre cómo me consiente Dios, celebro mi cumpleaños, Iván Marín no estaba con el dos veces ganador del Oscar, sino ante él, el mismísimo él, y de nuevo como a los 5 años, tenía en frente al superhéroe más grande de todos los tiempos.

La segunda experiencia, la estoy viviendo ahora, hoy 9 de febrero de 2017 se estrena Lego Batman, película animada en que tras ganar el casting que con mayor ansiedad he presentado, doy voz a mi personaje favorito. Así es, hago el doblaje al español en una versión especial para Colombia y algunos países de la región. Hoy presto mi voz a ese amigo que durante tantos años se mantuvo allí, ese amigo con el que sostuve conversaciones imaginarias mientras soñaba con llegar a convertirme en un importante artista, ese amigo que en momentos de rechazo me brindó consuelo desde unas escasas páginas, ese amigo con el que me encontraba cada quince días fieles a nuestro pacto silencioso, él salvaba a Ciudad Gótica, y yo con mi sueldo de mensajero de cigarrería me esforzaba por conseguir la revista en que me contara cómo lo hacía. Hoy, por primera vez luego de toda una vida emprendemos la aventura juntos, hoy no es él el protagonista y yo el espectador, hoy no son él y Robín, hoy el dúo dinámico somos los dos en uno, hoy se cumple un sueño de infancia y el hombre adulto debe contener sus lágrimas para que los periodistas en el lanzamiento no piensen que enloqueció. Hoy, él y yo, somos Batman.

De corazón espero que asistan a ver la cinta, creo que solo en cine podrán encontrarse con mi trabajo pues dudo mucho que nuestra versión sea incluida en el DVD. Muchos preferirán verla en inglés, o con el doblaje al español de México, y seguramente dichas versiones serán mejores porque las realiza gente con mayor talento y experiencia, pero si ven la mía, quizá perciban el cariño con que pronuncio cada una de mis líneas. Para mí no fue un trabajo más, para mí fue meterme en la piel y vestir el traje de quien ni en mis más optimistas sueños llegué a imaginar que interpretaría. Durante los días que la película permanezca en cartelera, asistiré a las salas como él lo haría, oculto, imperceptible, vigilando desde las sombras, viéndolos reír a ustedes, mis queridos ciudadanos de Gótica, entonces sabré que están a salvo. Luego volveré en silencio, no a una baticueva, si no a mi propia mansión Wayne, porque mi hogar es un palacio de amor en el que noche a noche Dios me da lo que a Bruce se le negó. Abriré la puerta, besaré a mi esposa, abrazaré a mis hijos, saludaré a Alfred, no el mayordomo sino nuestro perrito, iré al baño, me miraré al espejo, no habrá mascará qué quitarme, pero sí unas cuantas lágrimas de felicidad por derramar, porque de nuevo, como a los 5 años, tendré en frente al superhéroe más grande de todos los tiempos.


viernes, 3 de febrero de 2017

¡¿Y POR QUÉ CARAJOS NO?!

(CUADERNO PERSONAL)



En el 2010 di inicio a un blog cuya finalidad consistía en publicar textos humorísticos para dar rienda suelta al columnista de humor que soñaba ser, y que admitió por fin, que ningún medio impreso serio lo contraría. Decidí llamarlo “¿Por qué carajos?”, como mi primer show de Stand Up. Al principio demostré cierta disciplina en la escritura del mismo, pero conforme mis responsabilidades profesionales y familiares fueron en aumento, ocurrió lo opuesto con la periodicidad en que escribía para este espacio, pues admitámoslo, no muchos pueden darse el lujo de decir que obtienen beneficio económico por la actividad bloguera; este suele ser un ejercicio movido más por la pasión y el virus de la escritura del que algunos nos rehusamos a curarnos.

¿Por qué textos de humor? Por la razón obvia: amo escribir en dicho tono. Pero una segunda razón oculta acechaba desde las sombras: simplemente era lo que la gente esperaba de mí. Al comediante se le estigmatiza, la gente siempre aguarda un chiste por parte nuestra, algún chascarrillo, incluso en la más cotidiana de las labores, pensé por ello en satisfacer a mis seguidores olvidando en el proceso satisfacerme a mí. No es que no disfrute escribir con humor, a decir verdad lo amo, pero la vastedad de cuanto soy como persona me lleva a desear escribir también cosas ajenas a la risa. Mi amor por las letras se remonta a la niñez, cuando a temprana edad desarrollé el gusto por escribir poemas; luego llegaron los cuentos, los ensayos y demás figuras literarias que consumían las horas de lectura nocturna en mi adolescencia y juventud, pues créanlo o no, mis primeras pretensiones artísticas, tanto escritas como actorales, poco o nada tenían que ver con el oficio de arrancar carcajadas al prójimo.

Poco ha cambiado desde entonces: sigo sin ser un gran escritor, los blogs siguen sin representar dinero para sus autores, los lectores se encuentran en vía de extinción como los osos panda, mis ocupaciones laborales y profesionales me demandan incluso más tiempo que antes, pero deseo revivir el blog. No sé con qué frecuencia postearé ni sé con qué finalidad lo haré, sólo sé que no escucharé a los expertos que afirman: “Un blog debe tratar sobre un solo tema para cultivar una audiencia”. Por supuesto que el humor seguirá presente, pero ignoro si espantaré al escaso público que pudiera tener, pues desde ahora mi tema será tan variado como las emociones de cualquier ser humano, el tema concreto será, como dirían los argentinos: “¡Lo que me salga de los huevos!”.


Debo mencionar que recientemente en mi página de Facebook formulé a mis seguidores la pregunta de si estarían dispuestos a leer de mí cosas no cómicas (aclarando que quizá igual les cause gracia mi intento por escribir con seriedad) y me sorprendió la abrumadora respuesta afirmativa, además de mensajes con muy bonitas reflexiones invitándome a hacerlo. Sé que muchos estaban siendo amables y realmente jamás me leerán, pero creo que una minoría se aventurará conmigo en esta nueva etapa, y como toda minoría, son sumamente importantes. A ustedes muchas gracias, porque me dieron el empujoncito para entender que este blog no debió llamarse “¿Por qué carajos?”, sino: “¿Y por qué carajos no?”.