(CUENTO)
Sus allegados criticaban lo que, desde su
punto de vista, era una enfermiza fijación por aquella mujer, incluso él mismo muy
en el fondo lo admitía, un poco con rabia un poco con pena, la sabía más que un
amor platónico. Oh, si Platón supiera en lo que se metía cuando dio inicio a su
filosofía, no tenía idea de cuántos ingenuos se apegarían a ella
interpretándola a su antojo para defender el hecho de contemplar por horas un
retrato como si la mujer en él fuese a cobrar vida repentina y agradecer con
besos la devoción recibida; como si la sonrisa que unos labios dibujan en la
fotografía no fuese la simple expresión facial con que se mira al lente
fotográfico justo antes de ser disparado y sí en cambio la sonrisa coqueta que
al hombre dirige la mujer en espera de ser pretendida. Y es justamente ésta segunda
la que ve un adolescente ingenuo como el que nos es motivo de relato, sin
importarle el hecho de que tal sonrisa sea la misma que una modelo exhiba en
todos los calendarios que de ella impriman.
Aún consciente de ello las burlas le
pasaban inadvertidas. Para él su amor era un hecho real y no la quimera que
decían, la sentía tan cercana como los emocionados latidos que su foto le
producían. Para sus compañeros sin embargo lo extraño no era la fijación misma
como sí en cambio la mujer que la producía. Podrían entenderlo si aquella fuese
una Nicole Kidman, varios de ellos por supuesto tenían afiches de famosas
divas, uno en especial tenía completamente empapeladas las paredes de su cuarto
con los atributos físicos de Shakira; otro menos ortodoxo disfrutaba la imagen
impresa de estrellas porno como Kendra Lust y Mia Khalifa. La obsesión generada
por éstas mujeres les parecía comprensiva, pero en cambio ella, por la que su
amigo suspiraba era vista como un desquicio, una completa extraña, muy bella
por supuesto, su amigo tenía buen gusto cuando menos, pero absolutamente nadie la
conocía. No la recordaban de película alguna, no era cantante, por lo menos no
una reconocida, tampoco la modelo portada de revistas, ni siquiera alcanzaba a
ser de esas mujeres que gracias a un Reallity abrazan la fama efímera. Para el mundo
que ya de por sí absurdo es, el absurdo radica allí, no en la fascinación por
una mujer imposible sino en una desconocida, como si el hecho de que
absolutamente todos conozcan su nombre a cientos de kilómetros de distancia la
hicieran más alcanzable que una vecina de la que nadie sabe nada. ¿De dónde
provenía aquella mujer misteriosa cuya imagen se encargaba de fecundar el
corazón de su amigo con fantasías? El único dato es que apareció de repente y
por equivocación entre las fotos que mandaran a revelar luego de una excursión.
El establecimiento no supo dar razón del
por qué entre sus fotos, las cuales lo mostraban a él en compañía de sus amigos
entregados a inmaduras travesuras, aparecieron también la de una mujer que
ninguno de ellos conocía. De todas maneras, no era esa la respuesta que quería,
lo que buscaba era a la dueña de ese rostro en el retrato. Por algún tiempo
aguardó con paciencia sentado en aquel estudio fotográfico a la espera de verla
aparecer preguntando por su recuerdo extraviado, pero tras días desperdiciados
en vano comprendió que no lo haría. ¿Para qué iba ella a necesitar la foto si
tenía su belleza a la distancia escasa de un espejo?
Sus amigos sentían su cordura ya perdida,
sobre todo cuando empecinado en defenderla como un amor platónico tan valido
como Nicole Kidman y Kendra Lust podían serlo, juraba reconocerla, afirmaba sin
la más mínima duda que ella era una gran actriz con no pocas producciones sumadas
a su trayectoria; se daba media vuelta y marchaba diciendo en sus adentros:
“Qué saben del amor aquellos, cómo hacer comprender a un perro que su hembra no
es sólo deseable estando en celo. De absolutamente nada me serviría explicarles
que es la mejor actriz del mundo, aunque quizá también la menos reconocida,
pero yo que soy su más devoto admirador no me he perdido una sola de sus obras,
he sido espectador atento en cada uno de sus estrenos y conmovido siempre por su
magistral interpretación. Ella es la mejor actriz del mundo, la he visto
protagonizando todos y cada uno de mis sueños”.