martes, 22 de febrero de 2022

UN TRABAJO DIFERENTE

                                                  (CUENTO)


Sentado en la banca de aquel parque intentaba no llorar mientras repasaba una a una las opciones que tenía respecto a su futuro, de tantas profesiones existentes le costaba demasiado decidirse por alguna. Debido a la poca fe que le quedaba en la justicia no sería juez, político, abogado o policía, no era capaz de ver sangre entonces quedaba descartada la medicina, no sería administrador o contador pues detestaba cualquier trabajo de oficina, carecía de paciencia para ser profesor y de disciplina para ser militar, no tenía un sólo talento artístico y decididamente no quería desempeñar algún oficio típico, tan sólo le motivaba la idea de llevar a cabo un trabajo diferente, algo que no perteneciera al común en lo absoluto.

Entonces, de repente, se le ocurrió una idea, por fin sabía exactamente en qué se convertiría y sabía también cómo empezar a hacerlo, pocas cosas podrían ser más originales y excitantes. De inmediato se marchó emocionado, había resuelto la interrogante sobre el futuro que tanto le preocupaba. Llegó a casa y desocupó las gavetas, metió en una bolsa todas las fotos y cartas de ella, la mujer que lo abandonó y por la que seguía llorando. Por primera vez en mucho tiempo sonrió, ahora era un caza fantasmas y acababa de atrapar al primero.

viernes, 11 de febrero de 2022

EL MEJOR ASESINO

                                                           (CUENTO)


Él era un asesino a sueldo, tenía la fama de ser el mejor en su gremio, quienes le contrataban podían estar seguros de que la víctima no se salvaría. Un día recibió la misión de quitarle la vida a una mujer acaudalada. Se dirigió a la mansión señalada, burló el sistema externo de seguridad y ubicó un lugar específico en el que montó su rifle, era un excelente francotirador y no sentía la necesidad de acercarse más para cumplir con su encargo.

A través de la mira en su rifle vigilaba atentamente las ventanas de la casa. Transcurrieron horas hasta que pudo verla, pero al hacerlo retiró su dedo del gatillo, la belleza de la mujer superó la fuerza de sus instintos asesinos, por primera vez durante toda su carrera sintió el deseo de dejar las armas. Algo en esa mujer le hizo soñar con una vida distinta, abandonar el camino delictivo y formar una familia. Por un instante cerró sus ojos y planeo el cómo lo llevaría a cabo, la inteligencia estratégica que utilizaba para sus crímenes la emplearía ésta vez en conquistar el corazón de aquella musa que en lo sucesivo le inspiraría.

Averiguaría los lugares que frecuentaba y en el más propicio la abordaría. Haría derroche de su encanto y tomarían algún café, le hablaría de una vida maravillosa que llevaba en busca de encontrar con quién compartirla, ese mismo día se darían su primer beso y bastaría una cita más para terminar teniendo sexo. Al cabo de unos meses le pediría matrimonio, la boda sería con muchos invitados y llena de fantasía, su luna de miel alrededor del mundo en un lujoso crucero y luego de un año tendrían hijos. El niño sacaría los ojos de la madre, pero su rostro sería el retrato exacto de su padre. La niña por su parte, un poco tímida, sería la más inteligente de la familia. Cuando los pequeños crecieran e hicieran sus propias vidas, ellos se retirarían a vivir sus últimos años en una granja visitada cada verano por los hijos con sus familias respectivas. 

Con una sonrisa en el rostro abrió de nuevo los ojos para contemplar a su futura esposa, allí estaba, vestida con un traje negro ceñido al cuerpo, pero de pronto descubrió unos brazos masculinos asiéndola por la cintura mientras ella se giraba para corresponder con un profundo beso.

Al asesino le invadió la ira y el gatillo fue presionado dos veces por su dedo, una bala cegaba la vida de su amada mientras la otra hacía lo propio con la de aquel pérfido ladrón de esposas. Recogió sus cosas y se marchó con igual sigilo desechando la idea absurda de abandonar su oficio, y mientras lo hacia reflexionaba acerca de cómo él no era el mejor cegando vidas, indudablemente son los celos el mejor de los asesinos.

jueves, 3 de febrero de 2022

LA FRANQUICIA DE DIOS

                                                           (CUENTO)


Al principio Dios tan sólo había hecho al Hombre, y no estoy empleando un singular de la palabra, no me refiero al Hombre como especie, sino al estricto caso masculino del término, es decir, sobre la faz de la tierra el único órgano genital era el pene.
 
Para aquella fecha los hombres efectivamente andaban desnudos, pero la época presentaba ventajas hoy extintas. La primera y muy importante, no había mujeres por ahí mirando si uno lo tenía grande. Segunda e igual de importante, tampoco había otros hombres por ahí mirando si uno lo tenía grande.  
 
El Hombre era considerado entre las especies como el mejor vecino, sus excelentes cualidades opacaban por supuesto al dinosaurio, quien se veía en serios problemas por la constante queja acerca de su higiene, pues la verdad sea dicha, es más fácil para el hombre esconder sus excrementos.
 
No obstante, también debió encarar algunos problemas, por ejemplo, larga fue su lucha legal para ser acreditado bajo el titulo de Hombre. Al principio se le conocía como “Homo sapiens”, lo cual, según sus abogados, sugería inclinaciones sexuales aún inexistentes. Pretendiendo jactarse su virilidad se procedió entonces a llamársele “Homo erectus”, pero presentó resistencia por parte de aquellos con disfunción. Fue así que finalmente se concilió un nombre con variante a la partícula “Homo”, quedando finalmente “Hombre”.
 
Todo marchaba bien en la tierra, pero un buen día Dios se cansó de tener que fabricar a cada hombre, era una gratificante labor artesanal, pero la rentabilidad de dicha inversión resultaba irrisoria. El Todopoderoso se vio ante un gran problema; en primera instancia pensó que podría descansar durante algunos años, estaba seguro que la especie no se extinguiría mientras tanto ya que su promedio de caducidad por aquel entonces era de doscientos años. Pero si lo hacia significaba que ya no existirían los jóvenes, y en toda sociedad los jóvenes son imprescindibles para que los mayores se sientan sabios.
 
Entonces le planteó su problema a un amigo íntimo y éste le hablo de una revolucionaria idea empresarial llamada “Franquicia”. A Dios le encantó la sugerencia, pero ¿quién querría meterse en el negocio de la humanidad?, ningún dios en sus cabales, sólo él que lo hacia por amor al arte. Fue así como Dios demostró que su creatividad no sólo le servía para decretar mandamientos que nadie cumple y decidió cederles a los propios hombres una Franquicia. En lo sucesivo ellos mismos se encargarían de su elaboración, podían hacer uso de sus creaciones y estarían disponibles para Dios en caso de necesitarlo.
 
Lo primero que hizo fue abrir un curso para la elaboración de hombres. Las clases eran muy completas, el pensum constaba de: 1. Fisionomía, la importancia de no ser feo. 2. Ensamble de Huesos y Tendones. 3. El Cerebro, aquel sorprendente desconocido. 4. Organos Vitales, Pulmones, Corazón y demás relleno. 5. El Pene, tu mejor amigo. 6. El Pene, no abuses de tu mejor amigo. 7. La excreción, un trabajo sucio pero alguien tiene que hacerlo. 8. Los Músculos, (seminario dictado en un gimnasio, por lo que todos se inscribían, pero nadie iba). 9. La Piel, porque todo lleva un forro. 10. Los Testículos, mucho más que un par de güevas.
 
La primera promoción de expertos en la realización de hombres de inmediato puso manos a la obra. Todo marchaba bien hasta que durante una inspección en la planta, Dios se percato de un problema, los hombres no le ponen el corazón a su trabajo, simplemente cumplen un horario y esperan recibir sus honorarios, motivo por el cual los nuevos hombres llegaban al mundo sin pasión por la vida. Y no faltaron los casos de uno que otro bromista al que le gustaba hacer hombres con desperfectos, en cierta ocasión hicieron a uno con el tronco invertido, el pecho atrás y los omoplatos en el plexo solar, para que así nunca diera la espalda; y a otro le pusieron alas en la cabeza, dizque para que su mente volara. Fue así como Dios se vio en la penosa necesidad de cerrar la planta y volvió al problema inicial.
 
Sumido en la desesperanza tuvo una Epifanía, sí, incluso Dios las tiene, y en su caso no son un milagro. Fue así como se le ocurrió una nueva Franquicia, otra especie humana, pero pensada en portar el milagro de la vida. Le requirió mucho trabajo el hacer un modelo de ser humano similar al hombre, pero con marcadas diferencias y una mejor apariencia, hasta que finalmente el producto de su esfuerzo fue algo divino a lo que llamó Mujer, una verdadera Franquicia suya, pues cada vez que alguien viera a una de ellas en la tierra, sabría que son de Dios la garantía, y en efecto, en lo sucesivo, ellas se encargaron de la vida.