Amor, he abierto los ojos y hoy te
desenmascaro como lo que eres, el rey del engaño. Te vendes bien vendido,
por eso irrumpes en nuestras vidas como un intento fallido. En el cine y la
poesía nos ofreces la mejor versión de ti, pero eres un producto de tele ventas,
ofreces algo que deslumbra, la supuesta solución a un problema del que ni si
quiera sabíamos, y luego de adquirido, no es cierto que a falta de satisfacción
nuestro dinero tenga devolución.
Hoy contaré tu verdad, y lo haré diciéndotela
a la cara, sin miedo a que me robes cuanto de ti creo que tengo. Diré que el amor
luce hermoso en versos porque los poetas son cirujanos estéticos que corrigen
sus defectos, mejoran su apariencia mientras conserva la inseguridad que lleva
dentro. El amor no lo inventaron los bardos, decoraron sus faenas como hacían
con los relatos de batallas los escribanos. El Amor en libros se ve posible, luce
tan real y tangible como esas páginas que sentimos al tacto, pero las palabras
que lo describen son un disfraz, al cerrar el libro queda expuesta su faz real,
recordamos la ficción de lo recién leído.
Y diré con mayor vehemencia que el amor
no es como en las películas, el único amor real en cine es el de la pareja que
sigue yendo junta a verlo después de tantos años. El amor no lo vivirán
subiendo al crucero más grande del mundo, o cuando él regrese del más allá para
hablarle a través de una médium, tampoco lo hallarán mientras él rejuvenece envejeciendo,
o en la casa que construya para leerle cuando su memoria se esté desvaneciendo.
Esas son historias necesarias para seguir creyendo, pero son la perdición si se
toman muy en serio. El amor lo vivirán cuando tengan gripa, solo allí en la realidad
de los besos que se dan entre estornudos. El amor habita en la taza de café que
se llevan al trabajar en casa, en la bolsa de basura que él saca a petición de ella
y la ropa que ella dobla para cuidado de él. El amor pasa de boca a boca en las
cucharadas que comparten en el restaurante. El amor grita en el silencio que
procuran hacer para no despertarle mientras duerme, y el amor está allí en la
cama, cuando el sexo falla porque alguno se quedó en el intento. El amor se ve,
aunque no lo crean, cuando quieran matarse uno al otro y descubran que no pueden
hacerlo. El amor no se vive como se escriben los guiones del Oscar; el amor se
vive, renglón a renglón, sin aspavientos, como se escriben las cosas más sencillas,
como te escribí este fragmento, Amor, antes de ir a dormir feliz en brazos de
ella, la mujer por la que ya no temo decirte las verdades a la cara.
Reconfortante lectura. Ojalá sigas cultivando la bonita costumbre de escribir!!!
ResponderEliminarMuy Bueno Ivan, gran texto
ResponderEliminarMaravillosa y sincera descripción Ivan, gran abrazo, gracias por seguir compartiendo tu mirada!!!
ResponderEliminarMuchas bendiciones para ti Juliana.
EliminarBella carta al Amor. Gracias por compartirla con nosotros...
ResponderEliminarEsto es realidad,que supera la ficcion buen texto ivan
ResponderEliminarMuy lindo el texto y es la realidad que se vive en pareja
ResponderEliminarMe arrancó un par de lágrimas tu escrito. Se lo dedicaré a mi pareja. Saludos.
ResponderEliminarEse es el verdadero amor, el de la cotidianidad, el q no necesita grandes viajes ni regalos. El q da mucho con poco.
ResponderEliminarHermoso
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