EL NUEVO PESEBRE

(HUMOR)

Este año, el Papa Benedicto XVI, publicó el libro “La infancia de Jesús”. Por su su titulo yo esperaría encontrar el relato de las primeras e inocentes travesuras del protagonista, por ejemplo: de cuando Jesús multiplicó la lonchera de sus compañeritos, o cuando caminó sobre la piscina en las vacaciones familiares. Pero no, nada más lejano de la realidad. Contrario a ello, don Joseph Ratzinger, que es como en verdad se llama (Benedicto es SU nombre artístico), se dedica a desmentir o reafirmar creencias en torno al alumbramiento del Mesías.

Lo primero con lo que nos sorprende, es que el nacimiento del niño Jesús se habría producido 6 o 7 años antes de la fecha oficialmente reconocida. Es decir, no nos encontraríamos en el año 2012, sino en el 2019, lo cual, siendo justos, explicaría algunas confusiones Mayas a la hora de las predicciones. También significaría que los viajeros habituales en el tiempo, como los Terminator, estarían viajando en realidad a una época distinta de la que pretendían en principio, de allí que jamás logren completar sus misiones. Y otro de los sucesos desencadenados a partir de esta aclaración temporal, es que Amparo Grisales volvería a tener algunos de los años que se ha quitado.

Pero la afirmación Benedictina que realmente consternó al mundo, es aquella en la que el sumo pontífice niega la presencia del buey y la mula en el pesebre. De acuerdo a sus estudios, esta pareja de animalitos jamás son mencionados en las sagradas escrituras, lo que los convertiría en una invención tan humana como el matrimonio.

Centrémonos en este punto. Expulsar del pesebre navideño las figuras del  buey y la mula, dos animales tan tradicionales en el pesebre como las típicas ovejasaurios más grandes que las casitas. Me parece inconcebible someter al desplazamiento a estas dos figuritas. Considero que debemos sentar una voz de protesta, porque ahora son la mula y el buey, ¿y después qué sigue? Va querer que también quitemos el trencito o el lago de espejo. Imaginen, donde se entere que en Colombia al pesebre le ponemos hasta soldaditos y caballeros del zodiaco, ¡¡nos excomulga!!

Comprendo que saque a la mula para evitar insinuaciones de narcotráfico, ¿pero y el buey qué culpa tiene? Las organizaciones defensoras de animales deberían pronunciarse porque están dejando de reconocerles 2012 años de trabajo a estas dos especies, eso es una indemnización larguita, y si contratan a Abelardo de la Espriella, es capaz de lograr que los liquiden por los 2019 que en realidad serían.

El Papa debería entender que un pesebre sin animales es como una sala sin muebles. Al contrario debería ponerse a hacer casting para diversificar la fauna, dar trabajo a especies en vía de extinción: que sea un Cóndor de los Andes quien guie a los reyes magos, o un Oso de Antojos quien lleve sobre su lomo a los pastorcitos. E impulsar en cada país el compromiso con los animales autóctonos de sus regiones, en el caso de Colombia, ver que en sus pesebres pastan alegres los chigüiros, o que José y María ofrezcan a sus visitas la degustación de una buena hormiga culona. Espero que me apoyen, y si les gusta mi idea, los invito a sumarse a la iniciativa enviando un correo al e-mail: animalesnuevos@pesebrefashion.belen