HASTA LA VISTA, OSAMA

                                         (HUMOR)

Si para el momento en que publico este articulo hay alguna persona en el mundo que no sepa que Osama Bin Laden fue dado de baja, es porque esa persona, o está encerrada en un reallity, o es el procurador Alejandro Ordoñez. De resto, absolutamente todos sabemos que terminaron los días del terrorista más buscado del mundo. Esta última expresión me lleva a preguntarme, ¿será que su familia se sentía orgullosa? ¿Se imaginan a los hijos chicaneando en el colegio?: “¿Tu papá es contador público?... Qué simplón… El mío es terrorista. Y no uno ahí cualquiera, no señor, ¡¡es el más buscado del mundo!!”

Antes de Osama, el hombre con turbante más odiado del mundo era el modelo del algebra de Baldor. Pero llegó Osamita a robarle el título. En la categoría femenina de odiados con turbante, el titulo sigue ostentándolo Piedad Córdoba.

Bin Laden fue el cerebro de los atentados del 11 de septiembre, y al parecer, dicha idea venía en su cabeza desde niño. Era el único que construía edificios con Lego, para luego tumbarlos a patadas. Y cuando fue papá, alimentaba a sus hijos con el típico juego de manejar la cuchara como si fuera un avioncito, pero en vez de metérselas en la boca, se las estrellaba en el ojo.

El odio de Osama por la cultura estadounidense, era solo comparable al que por la misma siente Hugo Chávez. El árabe fundamentalista llegó a ponerse como meta que Hollywood estrenara una película titulada: “El señor de los Anillos sin las dos torres”. También adaptó un cuento clásico y lo publicó bajo el titulo: “Tali-Ban-Ban y los 40 aviones”.

Y digamos que se salió con la suya, pero luego de las torres gemelas le tocó pagar escondederos de a peso. ¿Qué sentido tiene ser multimillonario si no vas a poder disfrutar tu billete? ¿Ustedes creen que pudo darse el lujo de ir a cine a ver “World Trade Center”? Me lo imagino muerto de ganas por ir a verse “Vuelo 93”. Pero no, le tocó comprar los DVDs piratas. Aunque en ese sentido le queda un consuelo, por lo menos a él lo pillaron en una casa decente, no como a Sadam Husein que lo agarraron en un hueco tan chiquito que apenas los soldados le dijeron: “¡arriba las manos!”, él respondió: “No puedo, hueco muy chiquito”.

Algunos creen que este podría ser el inicio del fin de su red terrorista, tanto que piensan cambiarle el nombre, pasaría de ser “Al qaeda”, a ser, “El Kequeda”. Otros en cambio temen que se vengan las más fuertes represalias para vengar a su fundador. Por si acaso, los gringos están pensando en ponerle metralleta antiaérea a la estatua de la libertad.

Hoy se dio a conocer un testamento aún no confirmado de Osama, en el que supuestamente pediría a sus seguidores purificar la organización de aquellos que no participan en el Yihad. Como quien dice, al gerente de recursos humanos de Al qaeda, le va tocar ser más exigente en la escogencia de futuros sacrificados. En el testamento también habría pedido a sus hijos no unirse a la red terrorista por lo dura que es esa vida. Algo parecido deberían hacer por sus hijos los hinchas de los equipos capitalinos. Pero la más peculiar de sus peticiones, es aquella en la que les dice a sus esposas que por favor no se vuelvan a casar. La verdad, no creo necesaria esa petición, ¿quién en su sano juicio querría casarse con una ex esposa de Bin Laden… se imaginan el potencial peligro que ha de constituir la suegra?

En conclusión, cuán triste puede ser una vida llevada de la forma en que lo hizo Bin Laden. ¿Cuándo fue la última vez que la muerte de alguien genero tanto júbilo? Menos mal el ejército estadounidense ya arrojó sus restos al mar y no permitieron la posibilidad de un velorio. Sería el único, desde Hitler, en el que absolutamente nadie diría afligido: “lo siento mucho”.