jueves, 30 de marzo de 2017

SUEÑOS CÍCLICOS

                                                    (CUENTO)


Estaban a punto de besarse, pero justo cuando sus labios se encontraban, él despertó para descubrirse solo en su cama. Sus lágrimas fluyeron mientras se sentía miserable por la forma en que sus sueños lograban confundirlo, haciéndole creerse feliz tan sólo para despertarse luego y descubrir la realidad de su pesadilla.

Y entonces tomó la foto que de ella conservaba junto a su cama, durante unos minutos se quedó mirándola y pensó, quizá no pueda besar ni su cuerpo ni su alma, pero besaré su imagen que para mí es sagrada, dirigió sus labios hacía el retrato y justo cuando iba a depositar allí su suave beso, ocurrió que ella despertó sola en su cama, sintiéndose triste al descubrir que tan sólo era un sueño el que su hombre amado la extrañaba.

Entonces tomó las cartas que de él conservaba, y de nuevo repasó con sus ojos aquellas palabras. No entendía por qué lo hacía si ya su memoria se sabía a la perfección aquellas líneas, no obstante las leía para recordar la época en que él le prometía que por siempre la amaría, y como ocurría cada vez cuando lo hacía, fue habitada por el llanto, una lagrima descendía por su mejilla e iba a caer directamente sobre aquel papel lleno de versos, pero justo antes de tocarlo, él despertó para descubrirse solo en su cama. Sus lágrimas fluyeron mientras se sentía miserable por la forma en que sus sueños lograban confundirlo, haciéndole creerse feliz tan sólo para despertarse luego y descubrir la realidad de su pesadilla. Y entonces tomó la foto que de ella conservaba junto a su cama…




jueves, 2 de marzo de 2017

LOGAN, SU NOMBRE LO DICE TODO

                                                       (OPINIÓN CINEMATOGRÁFICA)


Cada nuevo anuncio de una próxima película de superhéroes suscita expectativas mundiales que suelen verse reflejadas en taquillas millonarias, pero no pocas veces sus cifras de asistencia van en contra vía de la calidad de la cinta. Logan, es uno de esos escasos puntos de encuentro en que pueden darse cita y salir felices fanáticos y críticos. Ver Logan es estar en la tierra prometida, esa que buscamos geeks y cinéfilos por igual, esa en que una película de acción y fantasía puede ser también un drama profundo y desgarrador. Logan es la expiación de cualquier pecado que le pudiera anteceder.

Estamos ante algo más grande que el cierre de una trilogía, es el fin de una era. Han pasado 17 años desde cuando viéramos a Hugh Jackman lucir por primera vez el peinado y barba de James Howlett, más conocido como Wolverine. Desde aquella vez no ha dejado de aparecer, aunque sea con un cameo, en todas las películas del universo de los X-Men. Con Logan, sus garras se retraen para siempre. Es un adiós que duele, pero que también se agradece, porque al igual que tras la partida de un amigo, nos quedamos con los momentos que compartimos, y en estas dos horas finales, nos obsequia varios de los más hermosos.

La historia se sitúa en el futuro, año 2029, un Logan viejo y cansado lleva a cuestas el sufrimiento de tragedias que se nos irán revelando para admirar la forma en que él las ha enfrentado. Veremos en este hombre que cojea cómo incluso al más poderoso de los mutantes el paso del tiempo lo aqueja, los años, ni siquiera con un inmortal tienen clemencia. Y es en esta entre comillas vulnerabilidad, en donde encontramos lo más valioso del personaje. Perdonen si con mi siguiente afirmación parezco perder toda objetividad, posiblemente sea así, pero me es imposible no expresar que la actuación de Hugh Jackman me indispone con la industria cinematográfica que jamás tomará un rol de estos como digno de un premio, y quizá en efecto jamás un personaje lo haya merecido antes, pero la actuación del australiano se merece un reconocimiento porque es tan sólida como el adamantium.

Acompañan a Jackman las actuaciones del siempre preciso Patrick Stewart, como un Charles Xavier no menos atormentado que el mismo protagonista; y la revelación de revelaciones, Dafne Keen, una niña que da catedra de actuación como Laura Kinney, una nueva mutante que expresa todo valiéndose tan sólo de gestos y miradas, a un nivel tal que casi le estorban las palabras. Y permítanme citar la música como otro personaje más, una banda sonora que desde el tráiler con la canción Hurt de Jhonny Cash, nos indicaba que Logan es sinónimo de dolor.

El guion, logra lo que no veíamos en este género desde la trilogía de Christopher Nolan: hacernos creer que todo cuanto estamos viendo puede ser real. La crudeza de su trama se aleja de los artificios Hollywoodenses para recordarnos que el cine no requiere deslumbrantes efectos especiales para ser fantástico. Y el tratamiento de las escenas, violencia sin sutilezas que le hizo merecedora de su clasificación para no toda la familia, evoca el cine de Tarantino, sangre explicita no gratuita que el cine de superhéroes requería. Deadpool y Logan demostraron que la oscuridad de los cómics puede iluminar la pantalla, ¿Optarán otra cintas por seguir este camino? Solo el tiempo lo dirá. Lo único cierto es que después de este casi Western sobre la importancia de la familia, veremos de nuevo las primeras cintas de mutantes y pensaremos en las palabras que bien dice Logan a Xavier: “Charles, el mundo ya no es como antes”.